AUTOR: Christina Baker Kline
GENERO: Narrativa, histórica
EDITORIAL: S.A. Ediciones B
FECHA PUBLICACIÓN: Enero de 2015
PÁGINAS: 360
ARGUMENTO:
Entre 1854 y 1929, los llamados trenes de huérfanos partieron regularmente de las ciudades de la Costa Este de Estados Unidos hacia las tierras de labranza del Medio Oeste, llevando miles de niños abandonados cuyos destinos quedarían determinados por la fortuna o el azar. ¿Serían adoptados por una familia amable y afectuosa, o se enfrentarían a una adolescencia de trabajo duro y servidumbre?
La inmigrante irlandesa Vivian Daly fue uno de esos niños, enviada por ferrocarril desde Nueva York hacia un futuro incierto a un mundo de distancia. Ahora, muchas décadas más tarde, Vivian es una anciana que lleva una vida tranquila y apacible en la costa de Maine, y los acontecimientos de su infancia se han convertido en un recuerdo vago. Sin embargo, en arcones de su desván se ocultan vestigios de un pasado turbulento.
Molly Ayer, una joven de diecisiete años, sabe que cumplir con un servicio a la comunidad ayudando a una anciana viuda a ordenar sus trastos es lo único que puede salvarla de terminar en un centro de menores. Pero a medida que Molly ayuda a Vivian a revisar sus recuerdos y posesiones, descubre que ambas tienen mucho en común. Molly, una india Penobscot que ha pasado su adolescencia entrando y saliendo de casas de acogida, también ha sido educada por desconocidos y tiene preguntas sobre su pasado de las que aún no ha obtenido respuesta.
OPINIÓN PERSONAL:
En cuanto vi la portada, la mirada de la niña me caló en el alma y algo me movió a comprarlo en seguida. Y es de lo mejor que he leído últimamente.
Solo imaginarme las caritas de esos niños, abandonados a su suerte, con la pena de haber perdido todo lo que tenían, sus padres, su casa, su familia, imaginarme el miedo en sus miradas, se me ponen los pelos de punta.
"Algunos niños fueron calurosamente acogidos por nuevas familias en nuevas ciudades. Otros fueron golpeados, maltratados, insultados o descuidados. Perdieron todo sentido de sus identidades culturales y su pasado"
La novela transcurre entre dos lineas temporales, una, nos sitúa en el año 2011 y nos presenta a Molly, una joven de 17 años, cuyo padre murió en un accidente y su madre se enganchó a las drogas. Ahora sola en el mundo, vive en una casa de acogida para evitar ser internada en un centro de menores, pero como ya le ha pasado anteriormente, los problemas se acumulan a su alrededor.
Por otra parte, en 1929, Niahm, de nacionalidad Irlandesa, con solo 6 años parte junto a su familia hacia América, la tierra de las oportunidades, para buscar una vida mejor. La mala fortuna se cruza y en un incendio en el piso que tienen alquilado, muere toda su familia (o eso le dicen). Niahm es llevada a la Sociedad de socorro a la infancia, donde después de unos días, es subida con otros niños a los llamados "tren de los huérfanos"
Ahora con 91 años, y llevando el nombre que le pusieron en su última casa de acogida, Vivian es una anciana que vive tranquila en una mansión, tiene el desván lleno de cajas donde guarda sus pertenencias. Molly, que tiene que cumplir 50 horas de servicio a la comunidad, se cruzará en su camino para ayudarla a ordenar todo ese desván de recuerdos ya casi olvidados.
Es así, revisando esas cajas donde Vívian empieza a desvelarnos su pasado y nos va contando como es subida a ese tren, su experiencia con las diferentes familias que la acogen, la soledad, el miedo y la angustia que siente.
Es muy complicado llevar dos líneas argumentales y que las dos tengan la misma fuerza, a mi, la historia de Vivian (o Niham) me ha calado mucho más que la de Molly, pero se complementan perfectamente y ambas son necesarias para disfrutar de la historia.
Es una historia muy dura y emotiva , pero la autora ha sabido contarla perfectamente sin llegar a la lágrima fácil. Más que sentirnos tristes (que un poco también), nos hace reflexionar, pensar , meternos en su piel y al final estar contentos porque dentro de las duras vivencias y los reveses de la vida, salen a delante.
He de decir que quizá lo que más me ha impactado es la forma en que son entregados a sus nuevas familias, como si fueran ganado, poniéndoles en fila y pasando delante de ellos observándolos, mirándoles los dientes para saber si estaban sanos. Unas pocas familias que que buscaban darles una buena vida y otros que solo buscan mano de obra barata, mientras los niños los miran, muertos de miedo.
"Quizá, creo, alguien aquí me querrá. Quizá tendré una vida que nunca me habría atrevido a imaginar, en una casa luminosa y acogedora con mucha comida: pastel caliente y té con leche con tanto azúcar como quiera. Pero estoy temblando cuando subo los peldaños del estrado."
CONCLUSIÓN FINAL:
No es una novela para leer en una tarde, es una novela para saborear, disfrutar con su lectura lentamente y quererla. Una historia verdaderamente conmovedora, de esas que no se olvidan en cuanto cierras la tapa, de las que te remueven por dentro, de las que quieres terminar para saber lo que ocurre, pero en el fondo odias que termine.
VALORACIÓN: